Trastorno obsesivo compulsivo

El trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo, según el DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), se caracteriza por un patrón de comportamiento y pensamiento rígido y perfeccionista. Las personas con este trastorno pueden tener una necesidad constante de controlar su entorno y pueden ser excesivamente organizadas y meticulosas. Pueden tener dificultades para delegar tareas o permitir que los demás realicen tareas importantes debido a su necesidad de hacer las cosas a su manera.

Las personas con trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo pueden ser extremadamente críticas consigo mismas y con los demás, y pueden tener dificultades para aceptar la incertidumbre o la ambigüedad en su vida. Pueden tener rituales o patrones de comportamiento repetitivos que son necesarios para sentirse seguros y en control. También pueden tener dificultades para expresar emociones o para relajarse y disfrutar de actividades que no estén relacionadas con el trabajo o la productividad.

El trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo puede tener un impacto significativo en la vida de una persona, así como en sus relaciones interpersonales y su capacidad para funcionar en el trabajo o en la escuela. Sin embargo, el tratamiento puede ser efectivo para ayudar a las personas con trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo a desarrollar habilidades de flexibilidad y tolerancia a la incertidumbre, y a mejorar sus relaciones interpersonales. La terapia cognitivo-conductual y la terapia de grupo pueden ser efectivas para tratar el trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo, y la medicación también puede ser recomendada en algunos casos para tratar los síntomas asociados, como la ansiedad o la depresión.

Subir